Por: Ismael Almeida
La propuesta que el grupo de teatro El Público subió a escena en el recién inaugurado Katorce Festival de Teatro de La Habana, es una obra que nada tiene de ficción, según su director general Carlos Díaz.
La propuesta que el grupo de teatro El Público subió a escena en el recién inaugurado Katorce Festival de Teatro de La Habana, es una obra que nada tiene de ficción, según su director general Carlos Díaz.
El monólogo “Ay, mi amor”, de hora y media de duración, es una realidad llevada a las tablas gracias a Jaqueline Meppiel, viuda de Adolfo Llauradó, y al amor con que guardó todos los detalles de aquella grabación, que realizara en un ambiente íntimo en 1990.
La Habana de la década de los 60 del pasado siglo se presentaba muy convulsa, aspecto que la obra expresa con gran desenfado y mucha valentía, tratando de recrear los aciertos y desaciertos de la sociedad que le toco al joven Adolfo, que por aquel entonces se abría paso en la capital cubana a golpe de esfuerzo y talento. Después se convirtió en ese actor irrepetible que se ganó el respeto y admiración de su público.
La puesta en escena contó con la interpretación del talentoso actor Lester Martínez, quien asumió la responsabilidad de encarnar en escena la vida de ese grande la escena, un ícono del cine cubano, que fue Adolfo Llauradó.
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